top of page

El Blog de Sonia García

Psicología y Sexología para tod@s

¿Qué es la ansiedad anticipatoria?



Falta una semana para que cojas el avión para hacer ese viaje de trabajo y ya estás de los nervios sólo de pensar en estar ahí dentro. Faltan tres días para que hagas un examen y tienes el estómago cerrado pensando en qué pasa si has suspendido. En dos semanas tienen que darte los resultados de unas pruebas médicas pero tú ya estás con la angustia en el cuerpo pensando en ello. ¿Os suenan estas situaciones? A más de una persona seguro que sí.

Nuestros pensamientos juegan siempre un papel fundamental en nuestra forma de sentirnos y de actuar ante los acontecimientos que nos van sucediendo cada día. Hablamos de formas de sentir, de reaccionar a nivel físico, pero también a nivel emocional, pues las emociones que experimentamos repercuten en las sensaciones físicas y viceversa, se retroalimentan.

Experimentar una situación A genera en nosotros unos pensamientos B que nos provocan unas reacciones C a nivel emocional y físico que nos hacen emitir una respuesta D.

Vamos a ver un ejemplo. Imaginemos una situación de un paseo por el campo:


En esta situación se activa una respuesta natural de protección, escapamos de este sitio (el campo) porque creemos que la abeja nos puede hacer daño. Hasta aquí hablamos de reacciones C de ansiedad normal.

Pero ¿qué ocurre cuando cada vez que voy al campo siento reacciones C de miedo-preocupación-ansiedad sin que ocurra nada que lo provoque? Aquí hablamos de ansiedad anticipatoria. Cuando el hecho pensar en ir al campo, planear un picnic, etc., provoca esa respuesta de ansiedad sin motivo concreto, real y conocido, ocurre lo que llamamos ansiedad anticipatoria: mis pensamientos me dicen que estar en el campo puede ser peligroso porque puede haber abejas, mi mente me predispone, me alerta de que puede haber un peligro (real o imaginario) antes de que ocurra y se dispara en nosotros esa respuesta de ansiedad. Tan sólo pensar en la situación A desencadena los pensamientos B sin necesidad de exponerse físicamente a la situación A.

Esta ansiedad anticipatoria podemos experimentarla por ejemplo días antes de un examen, de una entrevista de trabajo, de coger un vuelo si tienes miedo a volar, en la espera de los resultados de unas pruebas médicas, etc.

Lo que ocurre, en definitiva, es que anticipamos las consecuencias negativas que puede tener un hecho y reaccionamos como si hubiese ocurrido antes de que ocurra. De hecho, en la mayoría de las ocasiones esas consecuencias terribles anticipadas no se dan.

Como vemos, nuestros pensamientos, sin tan siquiera habernos expuesto a la situación temida o desagradable, provocan en nosotros una serie de pensamientos que interfieren en nuestro comportamiento. Esos pensamientos suelen referirse a las consecuencias posibles que creemos que pueden derivarse de esa situación y que creemos peligrosas, fatales o catastróficas (“Me picará una abeja”, “Suspenderé el examen”, “Se caerá el avión”). De ahí que respondamos emocional y físicamente con una respuesta de ansiedad.

¿Qué hacer entonces? Para evitar la ansiedad anticipatoria y la angustia asociada, tenemos que aprender a relajarnos, a tratar de interpretar las situaciones tal y como son en realidad y no caer en la anticipación constante de todo porque el futuro no es algo que podamos controlar. Además, para facilitaros el trabajo, aquí os dejo unas claves para combatir la ansiedad.

Si sufres de ansiedad anticipatoria y esto interfiere en tu día a día, pide ayuda profesional para aprender a gestionar la ansiedad.


0 comentarios
bottom of page