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Infancia y Adolescencia

Terapia psicológica para niños y adolescentes

 

Los primeros años de vida son fundamentales, pues sientan las bases de la formación de la personalidad, de las destrezas y habilidades y de la forma de ver y entender el mundo que nos rodea. Es por ello que, si se detectan problemas en el niño o adolescente, es de suma importancia una intervención eficaz. Además, cuanto antes se realice la intervención, mejores o más rápidos resultados podrán obtenerse, de ahí que la atención temprana sea aquella que se realiza en los primeros años de vida.

 

La terapia psicológica en la infancia y la adolescencia tiene como objetivo ayudar al menor a mejorar en algunos aspectos de su comportamiento, emociones o aprendizaje. Para ello se realiza una evaluación, y de ella se deriva el tratamiento psicológico individualizado del problema que presente el niño o adolescente. Una intervención eficaz y a tiempo puede contribuir a aliviar el malestar del menor y/o evitar futuros problemas. Además, esta intervención deberá hacerse de forma integral abordando en profundidad todos los aspectos de la problemática y teniendo en cuenta tanto al menor como a su entorno (la familia y la escuela).

 

Puesto que se trata de niños y adolescentes, es responsabilidad de los padres o tutores legales pedir ayuda cuando detecten que el menor está sufriendo y que ellos mismos presentan dificultades para hacer frente a esa problemática. En ellos también recae la oportunidad de aprender las habilidades necesarias para colaborar en la mejora del niño o adolescente. Es por ello que deben asumir la responsabilidad de buscar ayuda profesional en pro del bienestar del menor.

Los problemas que se presentan con más frecuencia en la infancia y la adolescencia son:

 

  • Problemas de conducta

  • Bajo rendimiento escolar

  • Dificultades de aprendizaje

  • Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)

  • Trastornos de la eliminación: enuresis y encopresis

  • Ansiedad

  • Déficits de habilidades sociales

  • Depresión

  • Trastornos de la alimentación

  • Baja autoestima

  • Celos

  • Timidez

  • Trastornos del desarrollo: autismo, asperger y otros trastornos del desarrollo no especificados

  • Problemas de adaptación: escuela y/o instituto

  • Tics

  • Proceso de divorcio o duelo

  • Adquisición de hábitos: alimentación.

  • Fobias

  • Problemas con el sueño

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