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El Blog de Sonia García

Psicología y Sexología para tod@s

¿Qué son y qué no son las emociones?




Las emociones son estados afectivos que pueden indicar motivaciones, deseos, necesidades, objetivos o estados internos personales. Son una reacción subjetiva al ambiente en el que nos encontramos, y se manifiestan en tres ejes:


- El eje fisiológico. Por un lado, las emociones poseen una serie de componentes fisiológicos e involuntarios que son iguales para todos como pueden ser el temblor, el aumento del ritmo cardíaco, la sudoración o la respiración agitada.


- El eje cognitivo o de pensamiento. Por otra parte, las emociones están estrechamente relacionadas con nuestro pensamiento al influir en la interpretación que hacemos de las situaciones que han captado nuestra atención e, incluso, en la interpretación que nosotros mismos hacemos de la propia emoción que estamos experimentando. ¿No os ha pasado alguna vez, que estando de compras, al probaros la ropa tenéis la sensación de que nada os sienta bien? Sin embargo, un par de días después, cuando volvemos a probarnos la ropa que nos hemos comprado, no solo no nos vemos tan mal sino que incluso nos gusta cómo nos quedan algunos conjuntos. ¿Cómo puede ser? ¡Si tengo el mismo cuerpo que hace dos días! Como es lógico, no es posible que el día que fui de compras tuviera una forma corporal y dos días después otra diferente y más bonita a la que la ropa le sienta mejor, sino que sigo siendo la misma persona que hace un par de días. Esto ocurre porque, a veces, algunas emociones desagradables como la tristeza, el enfado o la frustración, pueden teñir nuestros pensamientos y hacer que a la hora de interpretar la realidad lo veamos todo negro.


- El eje motor. Las emociones poseen componentes conductuales o motores que constituyen la forma en que se muestran externamente, es decir, lo que las hace observables a ojos de los demás. Y son, en cierta medida, controlables puesto que si bien es cierto que no puedo elegir sentirme triste, sí puedo elegir expresar o no esa emoción, por ejemplo, en forma de llanto, pudiendo estar triste y no llorar.

Ahora que ya sabemos qué son las emociones y cómo se manifiestan, vamos a hablar de algunos mitos sobre ellas:

MITO. Las emociones desagradables son peligrosas e incontrolables.

VERDAD. Las emociones tienen una función constructiva, incluidas las desagradables, y si no se evitan su intensidad disminuye, lo que hace que sean más fáciles de manejar.

MITO. Las emociones negativas no sirven para nada, son un estorbo, un sufrimiento.

VERDAD. Las emociones desagradables son útiles, nos informan sobre nosotros mismos y sobre el entorno. Nos permiten tener intuición y planificar nuestro comportamiento. Mientras sean adecuadas en intensidad y duración, son una herramienta eficaz.

MITO. Sentir ciertas emociones es de personas débiles.

VERDAD. Emociones como la tristeza o la vergüenza son universales, y, por tanto, no se relacionan con la fortaleza de la persona. Todos sentimos humillación, miedo, rabia… lo que pasa es que a algunas personas se les nota más que a otras. Aquellas personas capaces de regularlas pueden hacerlo porque previamente han aceptado esa emoción, la han considerado normal y, en consecuencia, son más fáciles de manejar al haberse reducido su intensidad.

MITO. Cuando siento cosas negativas a veces pienso que soy una mala persona.

VERDAD. Las emociones no están sometidas a juicio ético, solo las conductas. Es decir, yo no puedo juzgarte por sentirte enfadado con alguien, pero sí puedo hacerlo si pierdes los papeles y la gritas o le das un empujón. Esto es debido a que los sentimientos no son controlables, dado que son reacciones automáticas del organismo que pueden ser reguladas, pero no anuladas.

MITO. Los sentimientos negativos me limitan y no me dejan hacer nada.

VERDAD. Los sentimientos no son un reflejo puro de la realidad, son avisos que no siempre tienen por qué ser ciertos, y a veces pueden dar lugar a falsas alarmas. Cuando esto ocurre es importante aceptar la emoción tal como es. De esta forma disminuirá su intensidad y podremos continuar con lo que estuviéramos haciendo con normalidad.

MITO. Determinados sentimientos me hacen sentir fatal conmigo mismo.

VERDAD. Los sentimientos no son ni juicios ni condenas, sino que son estados afectivos que pueden indicar motivaciones, deseos, necesidades, objetivos o estados internos personales que aparecen en forma de avisos con una función que puede movilizarnos a actuar. Por este motivo, es importante distinguir entre ``me siento culpable o incompetente´´ y ‘’soy culpable o incompetente’’.

En conclusión, podemos decir que las emociones son reacciones adaptativas que actúan como mensajes del organismo que nos avisan y preparan para responder adecuadamente ante diversas y distintas situaciones que son importantes para nosotros. No obstante, estos avisos no siempre son ciertos y en ocasiones pueden dar lugar a falsas alarmas. En ellas, de lo que verdaderamente nos está avisando nuestro organismo, es de algo que, en realidad, no debe preocuparnos.




Esther Sánchez

Psicóloga General Sanitaria

Colaboradora en Despacho de Psicología Sonia García

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