Dentro de las habilidades sociales encontramos la asertividad, que se trata del conjunto de conductas que nos permite defender nuestros derechos y expresar nuestras opiniones, sentimientos, intereses y deseos, sin agredir a otros o a uno mismo. La persona asertiva sabe comunicar sus sentimientos, deseos y discrepancias siendo respetuoso con el otro y sin sentirse mal por ello.
Cuando se habla de asertividad, es inevitable hacer referencia a los tres estilos de comunicación. Estos estilos se encuentran en un continuo que va desde la pasividad hasta la agresividad, siendo el punto medio la asertividad.
Características de cada estilo comunicativo:
Estilo pasivo: se caracteriza por la sumisión, la pasividad e incluso dependencia. Les cuesta defender sus derechos, y prefieren hacer lo que les dicen en lugar de expresar su opinión con el fin de evitar polémicas. Suelen depender de los demás para tomar decisiones, lo que les lleva a tener baja autoestima.
Estilo agresivo: se caracteriza por una comunicación arrogante o soberbia que no tiene en cuenta la opinión de los demás y tampoco la respeta. Agreden física o verbalmente al otro con tal de conseguir sus deseos, sin importarles los derechos del otro (amenazan, insultan, etc.).
Estilo asertivo: se caracteriza por expresar sentimientos, opiniones y deseos de forma directa y sin dañar a los demás ni a sí mismos. Son capaces de decidir por sí mismos respetando sus propios derechos y los de los demás.
Veamos los estilos de comunicación de forma práctica con un ejemplo:
Situación: Haces la compra y la persona de la caja te da mal el cambio, te falta dinero.
¿Cómo comportarse ante esta situación?
Persona pasiva: no dice nada y se va a casa con la sensación de que se han quedado con dinero que le pertenece.
Persona agresiva: grita a la persona de la caja formando un espectáculo.
Persona asertiva: habla con la persona de la caja y le dice que por favor revise la cuenta porque se ha equivocado con el cambio.
Como vemos, la forma más apropiada de comportarse es de forma asertiva, pues conlleva respetar a los demás y a uno mismo, fundamental para tener buenas relaciones sociales y buena autoestima.
Para aquellos que se hayan podido sentir identificados con los estilos de comunicación pasivo o agresivo, es importante que sepan que la asertividad se puede aprender, se puede entrenar como otras muchas habilidades con ayuda de un profesional.
¿En qué consiste este entrenamiento?
- Identificar el estilo de comunicación predominante.
- Identificar situaciones problemáticas.
- Identificar situaciones de manipulación.
- Elaborar un guión de comunicación asertiva (aspectos verbales y no verbales).
Con el aprendizaje y práctica de la asertividad, podrás disfrutar de una mejor autoestima y confianza en tí mismo, respetarte y respetar a los demás, tendrás mejores relaciones sociales y tomarás completamente el control de tu vida.
¡Se puede aprender a decir NO! ¡Tu opinión es importante!