¿Qué pensáis de la chica de la foto? ¿Qué tipo de trabajo tiene? ¿Cómo son sus relaciones sociales y familiares? ¿Tiene buena autoestima? ¿Qué poder adquisitivo tiene? ¿Es feliz? ¿Tiene pareja?
El efecto halo es un fenómeno psicológico por el cual atribuimos cualidades positivas o negativas a alguien a partir de un rasgo característico o cualidad de esa persona. Es decir, a partir de una sola característica generalizamos y le atribuimos muchas más dejándonos llevar por esa característica destacable.
El efecto halo tiene mucho que ver con lo de que "la primera impresión es la que cuenta".
Reflexionemos sobre este efecto en un atributo tan sobresaliente como la belleza.
La belleza tiene un halo verdaderamente potente. Los guapos y las guapas son considerados como personas de éxito y felices. Poseer una cualidad como es la belleza parece que lleva necesariamente a poseer otras como inteligencia, seguridad y confianza en sí mismo/a y éxito laboral, familiar, social y en pareja, entre otras. Vemos cómo una característica positiva parece que trae consigo otras muchas más.
Ahora bien, si en lugar de una persona guapa nos encontramos con una no tan guapa, ¿qué características le vamos a atribuir? Poco éxito social y familiar, un puesto de trabajo en categorías de menor responsabilidad, pocas habilidades sociales y personales, dificultades para conseguir pareja, etc.
Comprobamos así cómo el efecto halo es el responsable de que nos formemos la primera impresión de una persona que acabamos de conocer y cómo a la gente que consideramos estéticamente bella les atribuimos características de éxito mientras que a las que no consideramos tan bellas les atribuimos más bien dificultades en sus relaciones y en el resto de áreas de la vida.
Veamos también cómo la primera impresión ejerce una fuerte influencia en nosotros a la hora de relacionarnos con las personas. Probablemente si nos parece una persona guapa nuestro trato será mucho más agradable y positivo que si no nos parece tan guapa.
Desde luego que el efecto halo ejerce en nosotros un poder mayor del que tal vez ni siquiera nos habíamos parado a pensar. Incluso la publicidad se aprovecha de este fenómeno anunciando sus productos por gente famosa y atractiva para que a partir del efecto halo consideremos ese producto maravilloso porque lo anuncia una persona guapa y de éxito y que tal vez si lo adquirimos nos podríamos parecer o convertir en esa persona exitosa.
Las personas que consideran que la primera impresión es la que cuenta y que nunca se equivocan, lo hacen en base a que las expectativas que se generan del otro (en función de esa característica predominante positiva o negativa) hacen que se comporten con esa persona de una determinada manera (más amable o menos), lo que tiende a hacer que esas expectativas se cumplan no porque esté en lo cierto y el otro sea así, sino porque el trato que en sí mismo que se le da genera una determinada respuesta en el otro (reforzando/confirmando las expectativas).
Entonces, ¿la primera impresión es la que cuenta o es la que generamos nosotros mismos con nuestras expectativas? Ni todo es negro ni todo es blanco, sino que hay una amplia gama de grises. Búscalos.