En infinidad de ocasiones nos encontramos con las frases “Si quieres, puedes”, “Si quiero, puedo”. Efectivamente. Si quieres, puedes, y si quiero, puedo.
No se trata únicamente de una auto-instrucción motivadora, sino que detrás de esto hay mucho más.
¿Qué hay detrás de “Si quiero, puedo”?
- Autoconocimiento. Hay un conocimiento de mí mismo, me conozco, conozco mis capacidades, mis puntos fuertes, mis puntos débiles, mis valores. Conozco cómo soy, me acepto y al conocerme soy capaz de utilizar todas las herramientas que dispongo para conseguir aquello que quiero.
La gente que dice “No es tan fácil, yo puedo quererlo pero a lo mejor no lo consigo” tal vez escondan una persona que no se conoce a sí misma y ese desconocimiento hace que muchas veces ni intente conseguirlo. Si no me conozco, si no sé cuáles son mis capacidades, ¿cómo voy a intentar conseguir cosas si no sé qué puedo utilizar para conseguirlas.?
- Seguridad personal. No sólo sirve conocerse bien, sino que se hace imprescindible que crea en mí mismo. Es decir, me conozco, sé como soy, conozco mis capacidades, creo en ellas y creo en mí, yo me veo capaz de hacer eso que quiero, creo firmemente que soy capaz de poner en marcha todas las herramientas y estrategias para conseguir lo que deseo, tengo seguridad en mí mismo.
Es posible que la persona que dice que no es tan fácil no crea en sus propias capacidades, puede ser que las conozca pero que no crea en ellas y que no tenga seguridad en sí misma. Entonces, sino estoy seguro de mí, ¿cómo voy a intentar afrontar una situación nueva o conseguir algo nuevo? Me puede vencer la incertidumbre o el miedo.
- Objetivos realistas. Los deseos van a ir acordes con eso que creemos de nosotros mismos y lo seguros que estamos. Evidentemente, si lo que alguien quiere es alcanzar la luna de un salto, vemos que éste no es un objetivo realista porque sus capacidades le impiden hacer eso, por lo que la persona segura de sí misma se propone objetivos realistas que pueden ser alcanzables. El hecho de que sean alcanzables no significa que sean fáciles de conseguir, sino que son realistas y la persona puede poner en marcha su arsenal de estrategias, herramientas y conocimientos para conseguir eso que desea.
- Esfuerzo y perseverancia. La persona es consciente de que tiene que esforzarse en mayor o menor medida según la dificultad del objetivo y que tiene que perseverar en ello a pesar de los obstáculos que puedan surgir en el camino. Tiene que tener la fuerza mental necesaria para no tirar la toalla ni abandonar la consecución de su objetivo.
- Pedir ayuda. Solicitar ayuda no es señal de debilidad ni quita valor a la consecución del objetivo, por tanto, la persona que conoce sus capacidades y limitaciones sabe cuándo pedir ayuda sin sentirse mal por ello.
- Fuera gente tóxica. Mantenerse alejado de aquellas personas que dicen que no seremos capaces de alcanzar nuestros objetivos y que nos quitan energía.
Si quieres, puedes. ¿Qué necesitas?
Autoconocimiento: conócete a ti mismo, haz una lista de tus fortalezas, tus debilidades, tus capacidades, tus limitaciones. Conoce tus emociones y cómo influyen en tu comportamiento.
Cree en ti. Créete que puedes. Cree en tus capacidades, en tus fortalezas, ten en cuenta también tus debilidades a la hora de proponerte objetivos.
Plantéate metas alcanzables. No fantasees demasiado y no te pongas objetivos que no son realistas. Mantén siempre los pies en la tierra.
Pide ayuda si lo necesitas, no tienes súper poderes.
Aléjate de la gente roba-energías que te dicen que no serás capaz. Tú sabes que sí puedes.
Esfuérzate y persevera. No todo será un camino de rosas y, cuando a partir de tu esfuerzo lo consigas, la sensación que haber hecho las cosas bien será tu mejor premio.
“Si piensas que puedes o piensas que no puedes ¡tienes razón!”.
~Henry Ford~