¿Os imagináis cómo sería vuestra vida si no supierais identificar ni expresar emociones? Hay personas que son incapaces de identificar las emociones ni expresarlas verbalmente debido a que sufren un trastorno conocido como alexitimia.
Las personas que sufren alexitimia no son capaces de reconocer y denominar a sus emociones, de modo que esto interfiere en el día a día de la persona, repercutiendo sobre todo en las relaciones y vínculos sociales debido a que el reto de gente suele considerarles como personas “frías” o sin sentimientos. Por ejemplo, una persona con alexitimia no sabría expresar tristeza por el fallecimiento de un ser querido, alegría ante una buena noticia o decir “te quiero” a su pareja.
La alexitimia causa sufrimiento emocional a la persona que lo sufre puesto que no es capaz de reconocer lo que le ocurre, no es capaz de ponerle nombre.
Tras un caso de alexitimia podemos encontrar causas neurológicas (alexitimia primaria), pero también causas psicológicas como puede ser la vivencia de una situación traumática grave (alexitimia secundaria). Además, la alexitimia puede estar presente en otras patologías como en los trastornos del espectro autista o en la enfermedad de Parkinson.
Comportamientos o síntomas indicativos de alexitimia:
Además del síntoma principal que es la incapacidad de reconocer y expresar las emociones, podemos encontrar otros comportamientos característicos de las personas con alexitimia:
- Falta de empatía. No reconocen las emociones de los demás.
- Lenguaje y pensamiento racional y eminentemente práctico.
- Dificultad para establecer y mantener vínculos afectivos.
- Muestran ser personas serias, calladas o incluso aburridas.
- Impulsividad emocional, falta de regulación emocional en sus respuestas ante determinados estímulos, situaciones o vivencias.
¿La alexitimia tiene tratamiento?
La persona que sufre alexitimia puede buscar ayuda profesional y trabajar en el aprendizaje de la identificación de emociones, así como a su expresión y regulación. El objetivo principal que se persigue es que la persona aprenda a reconocer y dar nombre a sus emociones trabajando junto con el psicólogo cuatro puntos fundamentales:
1. Detección de la emoción propia o de otros: “Estoy contento”, “Mi madre está enfadada”.
2. Asimilar la emoción: forma parte del razonamiento emocional: “Te dije que te marcharas porque estaba triste”.
3. Comprender las emociones: entender las diferentes señales emocionales: tensión, taquicardia, sonrisa, etc.
4. Autorregular las emociones: aprender técnicas de autorregulación emocional.
Vemos cómo la alexitimia es un trastorno que se puede tratar para que la persona gane en calidad de vida y que sus relaciones y vínculos sociales sean más fuertes, estables y satisfactorios.
Es importante que trabajemos en la educación emocional de nuestros niños y niñas desde su nacimiento para que tengamos adolescentes y adultos emocionalmente competentes, sanos y satisfechos, de modo que también trabajamos en la prevención de un trastorno de alexitimia secundario o de origen psicológico. Bien es sabido que la mejor forma de educar es sin duda con el ejemplo, por tanto, si queremos que nuestros hijos sepan expresar emociones, tendrán que vernos a nosotros expresarlas y hablar sobre ellas. Trabajemos en una buena educación emocional.