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El Blog de Sonia García

Psicología y Sexología para tod@s

¿Importa el tamaño del pene para el placer sexual?



tamaño pene la pregunta curiosa

¡Pregunta polémica donde las haya! Hay personas muy a favor del sí, otras muy a favor del no...

Veamos qué hemos encontrado con esta pregunta porque ya están los resultados de las respuestas a La Pregunta Curiosa. Gracias a las 53 personas que habéis participado dejando vuestra opinión.

Esta pregunta es curiosa a la par que polémica, pues la opinión popular sobre el tema del tamaño de acuerdo discrepa bastante basándose cada persona principalmente en su propia experiencia y en sus propios criterios con mayor o menor acierto.

¿Qué piensan las personas que han participado en este mini estudio acerca del tamaño del pene?


tamaño pene pregunta curiosa

Efectivamente podemos observar cómo existe mucha controversia y diferencia de opiniones, estando casi en un 50% el sí y el no, además de una visible concordancia entre el reparto de opiniones entre mujeres y hombres.

Hemos contado con las respuestas de 30 mujeres que han repartido su opinión entre el sí (47%) y el no (53%) y de 23 hombres de los cuales piensan que el tamaño sí es importante (48%) y que no (52%). En la pregunta también se incluía la opción “No tengo ni idea”, pero nadie ha optado por ella, con lo cual, parece que cada persona tiene su propia opinión definida al respecto.

¿Os resulta curioso que la mitad de personas consideren que el tamaño del pene es importante para el placer sexual mientras que para la otra mitad no es algo importante? Curioso o no, lo cierto es que se ajusta bastante a la realidad que yo misma me encuentro en consulta sobre este tema.

Quiero compartir, además, opiniones más extensas que han dejado algunos de los participantes:

- “El placer no se consigue única y exclusivamente con la penetración. Y respecto a la penetración influyen más los movimientos que el tamaño en sí”.

- “Sí lo es, pero no lo más importante. Hay muchas cosas que se pueden hacer, independientemente del tamaño del pene ya sea grande o chiquito”.

- “Creo que las relaciones sexuales no deben concentrarse en la penetración, hay mil prácticas para hacer y con las que disfrutar (sexo oral, "tocamientos", etc.) en las que el tamaño del pene no intervendría en absoluto. Por otro lado, si centramos nuestras relaciones sexuales en la penetración y el tamaño del pene es pequeño porque así lo consideran las partes involucradas, podrían tomarse otras medidas (juguetes) para solventar este "problema". Además, yo también creo que un pene "demasiado" grande puede dificultar determinadas prácticas sexuales (sexo oral, anal, etc.). Pero bueno, ¡que para gustos, colores!”.

Es muy positivo ver cómo consideráis a la penetración como una práctica más, ni más ni menos importante que el resto y que pueden hacerse muchas más cosas sexualmente en las que no tiene por qué intervenir en este caso el pene, porque efectivamente así es.

Además, en una de las respuestas se considera que ya no es tanto el tamaño sino los movimientos, es decir, no se da tanta importancia “a la herramienta” sino al uso que se le da, a cómo se utiliza.

Entonces, ¿qué podemos decir sobre estos resultados?

Está claro que a día de hoy sigue estando presente y bastante establecido que el tamaño del pene importa e influye en el placer sexual. Con estos resultados, puede decirse que 1 de cada 2 personas así lo considera. Pero atención, ¡esto no es más que un mito! Es decir, no está demostrado que el tamaño del falo interfiera en el placer sexual a no ser que exista una patología de origen orgánico que así lo certifique. Con lo cual, 1 de cada 2 personas están equivocadas porque no, EL TAMAÑO NO IMPORTA.

Se tiende erróneamente a pensar que a mayor tamaño de pene, mayor será la capacidad del miembro para sobre todo dar placer sexual debido a ese falocentrismo que ha existido y que, a las pruebas me remito, sigue existiendo, aunque tal vez en menor medida gracias al trabajo de sexólogos, sexólogas y educadores sexuales.

La capacidad de sentir placer está en el cerebro y no tanto en los genitales. En los genitales cierto es que tenemos muchas terminaciones nerviosas que hacen que la estimulación de esas zonas sean más sensibles y por tanto envíen más señales sensoriales a nuestro cerebro y éste las traduce en placer sexual. Pero, si mientras mis genitales están siendo estimulados por un pene o de cualquier otro modo estoy pensando en otras cosas, preocupada, ansiosa o distraída pensando en la reunión de mañana, ya puedo considerar muy estupendo a ese pene que la sensación que me va a producir lejos del placer es indiferencia o incluso molestia, y no por el pene, sino porque mi cabeza está a otra cosa. Por tanto, queda claro que más que el tamaño del pene, lo que influye en nuestra capacidad de placer sexual es dónde tenemos la mente en ese momento y qué uso hacemos de ella.

Por ello, queda desechada la idea de que a mayor tamaño del pene mayor capacidad de proporcionar placer sexual. Otra cosa es que a la persona le guste más subjetivamente un pene de un determinado tamaño, sobre gustos no hay nada escrito y cada cual que piense en sus propias fantasías eróticas.

De hecho, sobre el tema del tamaño, a veces encontramos, como por ejemplo en la consulta, cómo un gran porcentaje de hombres que acuden a terapia sexual por dificultades en la erección o en la eyaculación (ya sea temprana o retardada) están preocupados por el tamaño de su pene e incluso a veces no tanto por el tamaño sino por la forma que tiene su pene. Del mismo modo, muchas de las mujeres que acuden a terapia por alguna dificultad en el plano sexual sufren miedo a que un pene que consideran “grande” pueda provocarle daños físicos como desgarros vaginales o que el pene, por su tamaño, no les “encaje” en la vagina. También, sea una relación erótica heterosexual u homosexual, en el caso del sexo anal también puede preocupar el tema del tamaño. En verdad es bastante terrible cómo los mitos sexuales, y en concreto éste, repercuten en la vida sexual de las personas.

Esta repercusión no es sólo a nivel sexual, sino también psicológico e incluso físico, desatando una respuesta ansiosa en la persona que se observa a niveles físicos, psicológicos y emocionales, generando inseguridades, miedos, rechazos, angustia y dañando la autoestima de la persona y además, en el caso de tener pareja, la otra persona también puede verse afectada por este tema.

La persona que se preocupa y angustia por el tamaño del pene, sea propio o del compañero sexual, acaba introduciéndose en una dinámica ansiosa en la cual, aparte de vivir la sexualidad angustiosamente como acabo de comentar, en los propios encuentros sexuales se convierte en juez de su propio desempeño sexual y del estado de su pene o el del compañero, generando más ansiedad aún si cabe.

Conclusión:

Los mitos sexuales interfieren de forma muy negativa en la sexualidad de las personas y el mito sobre el tamaño del pene no es una excepción. Educar en la vivencia de una sexualidad positiva es fundamental, al igual que educar y trabajar en la importancia de la autoaceptación como medio para sentirnos bien con nuestros cuerpos y con nosotros mismos.

Además, no podemos dejar de recordar en este caso que, además, esa errónea concepción de “con un pene grande puedo dar más placer sexual” se está cometiendo otro error, pues nos olvidamos de que cada persona es responsable de su propio placer erótico y no estamos en el mundo para dar placer sexual a los demás, sino para disfrutar de nuestro cuerpo en solitario, en pareja o como se desee, siempre desde el respeto y el consenso, por lo que hacernos responsables del placer de la otra persona sólo genera más presión y ansiedad por los resultados sexuales.

Por último, vuelvo a insistir que, a no ser que exista una patología orgánica, nadie ha demostrado a día de hoy que el tamaño del pene interfiera en el placer sexual, por tanto, preocuparse por este tema es de alguna forma preocuparnos gratuitamente por algo que en verdad no es importante. Otra cosa es que en vuestros gustos sexuales encajen más unos tamaños u formas de penes que otros, en esto de las fantasías cada uno es libre y, por qué no, responsable.

Quiero terminar estas conclusiones con una frase:

Estimulad vuestros cerebros y obtendréis placenteros resultados.

Os dejo aquí otros materiales que os pueden interesar relacionados con el tema:


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