Estáis ahí en pleno momento de auge sexual cuando, de pronto, entre el estimulante sonido de vuestros gemidos se cuela un ruido inesperado: “pfff”. Sí, resulta que se ha escapado un pedo vaginal.
Los pedos vaginales son ventosidades que se producen al expulsar aire que ha entrado en la vagina. Este aire se puede expulsar durante la práctica sexual (incluida la masturbación) y realizando ejercicio físico así como estiramientos musculares.
A diferencia de los pedos que se expulsan por vía anal, los pedos vaginales no producen ningún tipo de olor, ya que los primeros derivan de la fermentación de bacterias en el intestino mientras que los segundos son aire que ha entrado del exterior en la vagina.
¿Cómo se produce la entrada de aire en la vagina? Hay algunas actividades que pueden propiciar la entrada de aire en la vagina: el coito, el ejercicio físico, los estiramientos y el propio estado de excitación sexual. La entrada de aire se produce de forma involuntaria cuando, realizando las mencionadas actividades, los músculos de la vagina se contraen y estiran, facilitando esa entrada de aire. Además, se sabe que los pedos vaginales se producen con más frecuencia en mujeres con un debilitamiento de la musculatura del suelo pélvico así como en mujeres que han tenido varios partos.
Aunque sean incómodos, las flatulencias vaginales en sí no suponen un problema sino que son algo completamente natural, pero habría que prestar atención a la situación en caso de que sean muy frecuentes, pues en ese caso sería recomendable plantearse la posibilidad de acudir a un especialista en suelo pélvico para que haga la valoración oportuna.
Si no se trata de ninguna dificultad mayor, lo mejor será tomarlo con naturalidad, normalidad e incluso humor y no poner la corona de protagonista al pedo vaginal si os visita inesperadamente durante el sexo, pues seguramente no os apetece nada que os corte el rollo, ¿verdad? La mejor receta para esto será la buena comunicación en pareja, que la mujer no se sienta mal por ello si ocurre y que su pareja tampoco dé importancia a este asunto. ¡Le podría pasar a cualquiera! Y tengamos en cuenta que es algo involuntario.
Si eres mujer y tienes pánico a que te suceda que estando en pareja teniendo sexo se escape un pedo vaginal, vivirás el sexo con angustia y tensión, estando alerta en los encuentros eróticos “para que no pase” y difícilmente disfrutarás del momento sexual. Es más, tal vez incluso evites o rechaces cualquier tipo de interacción sexual en la que pienses que podría ocurrir, limitando tu vida sexual.
Una musculatura del suelo pélvico tonificada puede evitar la aparición de las ventosidades vaginales además de proporcionar otros muchos beneficios como evitar la incontinencia urinaria y aumentar el placer durante el sexo, entre otros. Además, el uso de lubricante durante el sexo también puede facilitar la no aparición de los inoportunos pedos vaginales porque todo fluirá mejor genitalmente hablando.
Sea como sea, no te sientas mal, no hagas sentir mal a tu pareja, da normalidad a la situación y seguid con lo que teníais entre manos y, si el tema es frecuente y os preocupa, consultad con el especialista. Si se trata más de un miedo angustioso a que ocurra podéis pedir ayuda psicológica. Podéis contactar conmigo si lo deseáis.