La seducción es un arte que parece que se asocia exclusivamente a los inicios de una relación.
Seducir consiste en crear en el otro una expectativa positiva de nosotros y que continúe con ganas de seguir conociéndonos, quedando con nosotros, en definitiva, que le dejemos huella, quiera repetir y se enamore.
El proceso de seducción incluye mucho más que esto. Cuando seducimos buscamos conectar con la otra persona, mostrarle lo mejor de nosotros (llámalo nuestros encantos si quieres) y generar en el otro un deseo de seguir conociéndonos, de querer saber más. Para seducir es importante que la otra persona sienta que nos interesa, que ponemos de nuestra parte para que el juego del coqueteo siga hacia delante.
¿Qué os parece continuar con el proceso de seducción una vez que ya la relación se ha establecido como un vínculo sólido? A mí, sin dudarlo, me parece necesario. Siempre hablamos de la necesidad de cuidar y mimar de la relación de pareja si queremos que esta crezca y mantenga un buen estado de salud. Dentro de los cuidados y mimos que tenemos que dedicar a nuestra relación de pareja podemos incluir la seducción, seguir seduciendo a nuestra pareja o, en su defecto, volver a seducirla si hemos dejado este cuidado completamente olvidado o en un segundo o tercer plano.
Cuando estamos en pareja la seducción consiste en mantener encendida la chispa de la relación, la complicidad, la magia, esas cosas que en su momento les resultaron atractivas y esas razones que les llevaron a continuar en la relación. Hablamos de afecto, intercambio de detalles, cuidado de la parte erótica, tratar de forma delicada la comunicación en pareja y otros muchos aspectos.
Seguir seduciendo a la pareja nos aleja de buena manera de la dejadez. La dejadez es un auténtico veneno mortal para las relaciones. Si dejamos de seducir o nuestra pareja deja de seducirnos, llámese dejadez, la pasión y la complicidad de la pareja se va consumiendo hasta quedar en cenizas tal vez insalvables.
Si no sabéis cómo seguir trabajando la seducción en pareja o la dejadez se ha instalado en vuestra relación, tal vez sea buen momento para pedir ayuda profesional antes de que sea demasiado tarde.
Si todavía quedan llamas encendidas, os cuento diferentes recomendaciones para trabajar la seducción en pareja:
Sorprende a tu pareja con una cita inesperada. Que cuando llegue a casa se encuentre con una mesa con velas, música, una cena especial. Sorprender con experiencias a la pareja donde esta se sienta especial es muy seductor.
¿Cuánto tiempo hace que no le dices a tu pareja todo lo que te gusta? Tal vez te escudes en: "¿Para qué se lo voy a decir si ya sabe que me encanta?". Da igual, aunque lo sepa, díselo. Escuchar a nuestra pareja decir todo lo que le gusta de nosotros es muy atractivo, nos seduce, nos gusta.
¿Qué te parece una cita fuera de casa donde os comportéis como completos desconocidos que van a verse por primera vez? Este juego puede ser muy especial.
Deja de pasearte por casa con un pijama lleno de manchones, pelotillas y desgastado. Esto es de todo menos seductor. Cuidar la estética, también en casa, es fundamental para seguir resultando atractivos a la pareja. Esto no significa ir en tacones o con corbata por casa, significa guardar unos mínimos.
La higiene también seduce. A veces, con la mal llamada confianza, pasamos a descuidar la higiene y puede generar rechazo. Ojo con eso de sacarse mocos y dejarlos por ahí pegados (esto es una queja real muy frecuente en terapia de pareja). Una persona que se cuida es percibida como mucho más seductora.
Envía un mensaje picante a tu pareja. Más sugerente o más directo, como te resulte más cómodo.
Apoya a tu pareja cuando lo necesite. Saber que nuestra pareja está ahí y que podemos contar con ella es muy seductor y afianza el vínculo y la complicidad. La empatía y la escucha activa son habilidades que seducen.
¿Hace cuánto tiempo que no introduces novedades en tu ropa interior? Hacer algún pequeño cambio o renovación siempre será bienvenido.
Cuida de tu autoestima y de cómo te relacionas con los demás. Una persona segura de sí misma transmite más confianza y es mucho más atractiva y seductora.
¿Qué te parece introducir algún cambio en el aspecto erótico? Cambio de escenario, utilizar algún nuevo juguete erótico, escribir un relato subido de tono juntos,... Interesarse por el cuidado de la vida sexual compartida también genera atractivo y suele ser muy bien recibido.
Tener conversaciones interesantes con la pareja puede ser muy pero que muy seductor. Saber y comprobar que tu pareja te aporta, también intelectualmente hablando, es un punto muy a favor.
No olvides fechas significativas de vuestra relación. Con smartphone en mano no valen las excusas: ponte alarmas que te recuerden estos días si te suele fallar la memoria en este aspecto.
Hacer reír a tu pareja siempre es un acierto. Cuando reímos nos sentimos bien, nuestro cerebro se siente bien. Si tu pareja te hace reír, tu cerebro se lo agradecerá y el vínculo se fortalecerá mucho más entre vosotros.
No adoptar roles paternos ni maternos con la pareja. Si hay algo que es absolutamente antiseductor eso es tratar a tu pareja como si fuera tu madre/padre o actuar como si fueras su hijo/hija. Independientemente de los motivos que fomenten este comportamiento, cortan de raíz la seducción en la pareja.
No descuides el ámbito de la seducción en tu relación de pareja. Hacerlo suele destinar a la relación al fracaso o, al menos, a la insatisfacción. El mantenimiento de las relaciones de pareja requiere esfuerzo y dedicación por parte de cada uno de sus miembros.
Aquí os he dejado una serie de recomendaciones para trabajar la seducción en pareja. Cuando la relación está muy desgastada pedir ayuda terapéutica es la opción a valorar. Si queréis podéis pedir cita con nuestro despacho.