Seguro que todo el mundo se hace una idea de qué es la depresión o de cómo se ve una persona deprimida, imaginándonos a alguien que por lo general parece triste y sin ganas de hacer nada. Sin embargo, puede darse que una persona que siempre asegura que está bien o que nunca le ocurre nada negativo esté pasando por una depresión, siendo lo que se conoce como depresión encubierta, silenciosa o sonriente.
Para ponernos en contexto, la depresión se caracteriza por síntomas que afectan a diferentes áreas de la vida de la persona, pudiendo diferenciar:
- A nivel emocional, es decir, en cuanto a las emociones que presentamos, se experimenta un estado de ánimo por lo general bajo y con pérdida de interés en actividades que antes resultaban agradables.
- A nivel fisiológico, haciendo referencia a nuestro organismo, observamos problemas en la alimentación desde pérdida de apetito hasta el aumento de este; y en el sueño, pudiendo tener dificultades a la hora de poder dormir, o por el contrario, tener una sensación de somnolencia durante todo el día y tener mucha facilidad para quedarse dormido, además de también caracterizarse por falta de energía.
- A nivel cognitivo, donde se engloban nuestros pensamientos, pero también la atención y la memoria, entre otros, observando que las personas que padecen depresión suelen presentar pensamientos negativos sobre uno mismo, el futuro y/o los demás, adoptando una perspectiva pesimista, con desesperanza y desilusión. Por otra parte, también afecta a la concentración disminuyéndola y a la atención, donde se prestan más atención a las cosas negativas que a las positivas.
- A nivel conductual, es decir, las acciones que realizamos, caracterizándose por dejar de realizar actividades que antes resultaban agradables.
Aunque estos sean los síntomas comunes, la depresión se muestra en cada persona de forma distinta. Esto significa que aunque tengamos a un grupo de personas con el mismo diagnóstico, en este caso de depresión, cada persona lo experimentará y lo expresará de forma distinta, pudiendo haber cosas en común pero también diferencias.
Aquí es donde entra la depresión encubierta, en la cual desde fuera por lo general no se pensaría que esa persona sufre depresión, ya que la característica principal es que no se exterioriza el malestar que se sufre, sino que al contrario, se crea y se muestra una imagen de felicidad, positivismo y de que siempre todo está bien. Por tanto, esto genera que no se pida ayuda al entorno y se oculte todo lo que esté sintiendo la persona en realidad.
Sin embargo, aunque no lo parezca desde fuera, no quiere decir que no presenten este malestar. De hecho, los síntomas que se suelen observar son los problemas en la alimentación y en el sueño, dejar de realizar actividades que les gustaban o incluso poco a poco aislarse, además de poder encontrar un consumo de sustancias como el alcohol o el cannabis para evadirse de sus problemas. En estos casos es importante no minimizar por lo que se está pasando, es decir, no pensar que es una tontería o que en algún momento se pasará, y poder contar con alguien cercano o con un profesional para expresar ese malestar, ya que aunque se crea que evitando u ocultando lo que ocurre en algún momento se acabará, puede ser que se intensifique más.
En definitiva, aunque podamos encontrarnos unos síntomas a nivel general de lo que se entiende como depresión, no podemos olvidar que cada persona lo puede experimentar de manera distinta y que además, algunas personas que la sufren pueden de cara al exterior mostrarse como si todo estuviese bien y no mostrar el malestar que están sintiendo, denominándose como depresión encubierta, siendo muy importante acudir a alguien del entorno que pueda servir de apoyo.
Si crees que puedes estar viviendo una depresión encubierta o uno de tus familiares está pasando por ello, puedes pedir más información o cita en nuestro Centro de Psicología donde estamos especializados en el tratamiento de la depresión.
Este artículo ha sido redactado por Martyna Sandra Jezierska,
alumna en prácticas del Grado de Psicología de la UCM
en el Centro de Psicología Sonia García
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