
Rumiar mentalmente: dícese del fenómeno que ocurre en los cerebros humanos cuando repiten una y otra vez pensamientos que no llevan a ninguna parte.
¿Te suena eso de dar vueltas en tu cabeza una y otra vez a un mismo asunto sin que sirva para nada? ¿Tus pensamientos entran en bucle y no paras de repetirte mentalmente? Es posible que se trate de rumiación mental y que estés haciendo con tus pensamientos lo mismo que hacen las vacas con la hierba en su boca con la diferencia de que a las vacas les sirve para algo (masticar y digerir) pero a ti no te sirve para absolutamente nada.
A veces cuando algo nos preocupa o tenemos un determinado asunto sin resolver podemos pasarnos horas y horas dando vueltas en nuestra cabeza a tal asunto, asumiendo erróneamente que cuanto más lo pensemos mejor será porque así tomaremos mejores decisiones. Pues no, siento decir que dar más vueltas a un asunto no garantiza que vaya a resolverse antes o mejor. Es más, puede conllevar todo lo contrario: inseguridades y bloqueos en la toma de decisiones.
Cuando esta rumiación es constanste y generalizada o es para la persona una forma de pensar en sí, lo mejor será buscar ayuda profesional para que nos ayude a gestionar las rumiaciones y adquirir un patrón de pensamiento más sano y realista. Rumiar genera mucha fatiga mental y física aunque no nos demos cuenta de ello, de igual forma que afecta a nuestro estado de ánimo, nuestro humor y nuestra energía.
De hecho, la gran mayoría de personas que acuden a mi despacho indistintamente de su motivo de consulta presentan este tipo de pensamientos repetitivos y en muchos casos intrusivos, los cuales se retroalimentan con problemas de ansiedad, del estado de ánimo, de autoestima, sexuales, etcétera.
Las rumiaciones pueden llegar a convertirse en auténticas obsesiones y pueden condicionar en gran medida nuestra vida cotidiana.
Cinco recomendaciones para dejar de rumiar mentalmente:
1. Acepta que hay asuntos que lo que necesitan es tiempo y no una solución. Nos empeñamos en querer dar solución a todo lo que ocurre a nuestro alrededor y se nos olvida que no todo tiene solución. Aceptar que no somos súper personas con el poder de solucionar todo nos ahorrará disgustos, tiempo y fatiga. Hay problemas o dificultades que "únicamente" necesitan tiempo. Tiempo para curar heridas, tiempo para ver con perspectiva, tiempo y nada más.
2. Acepta tus pensamientos y no luches contra ellos. Nuestros pensamientos son nuestros porque parten de nuestra cabeza intencionadamente o no. Cuando estamos dando vueltas a un pensamiento y nos angustiamos porque queremos dejar de pensar eso o de esa forma estamos provovando lo de "ahora no pienses en un elefante rosa" y de pronto no puedes parar de imaginar elefantes rosas. No des más protagonismo a ese tipo de pensamientos. Aceptemos que están ahí pero no les hagamos caso. Para ello lo ideal es entretener nuestra mente con otro estímulo lo suficientemente potente como para que deje de focalizar la atención en ese pensamiento rumiativo.
3. Clasifica tus pensamientos y preocupaciones en funcionales y disfuncionales o, más sencillo, en útiles e inútiles. Cuando tengas un pensamiento que esté consumiendo más tiempo y energías que lo que debería, analiza si es útil o no y en función de tu respuesta ignóralo o busca una forma más adaptativa de trabajarlo mentalmente. Ayúdate describiendo dicho pensamiento en papel.
4. Asume que tus pensamientos no siempre son verdades. No todo lo que se pasa por nuestro cerebro es verdad. Podemos imaginar que los unicornios existen pero en la realidad no existen. Darle una verdad absoluta a todo lo que pensamos es un tremendo error.
5. Practica la atención plena. Hacer ejercicios de atención plena nos ayuda a centrar nuestra atención en lo que deseamos, controlando nuestro pensamiento en lugar de que este nos controle a nosotros. De esta forma será más sencillo desconectar de rumiaciones conectando con los estímulos deseados.
Si la rumiación está instalada en tu cerebro como método de pensar estas recomendaciones pueden orientarte pero nunca sustituirán a una terapia psicológica. Pide ayuda si lo necesitas.
Comments