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El Blog de Sonia García

Psicología y Sexología para tod@s

Suegras tóxicas: ¿mito o realidad?



Al concepto de suegra le rodean históricamente diferentes características tendentes a lo negativo que no siempre se ajustan a la realidad, ¿o sí? Hace unas semanas realicé una pequeña encuesta en mis redes sociales para conocer vuestra concepción acerca del tema suegras y hay varios puntos interesantes a destacar en vuestras respuestas que os iré exponiendo a lo largo de este artículo.

El tema de las suegras es algo que ha estado más bien ligado a las nueras, es decir, la polémica se supone que está entre suegra y nuera y no tanto entre suegra y yerno. Esto se debe a la educación recibida basada en muchas ocasiones en la competitividad entre mujeres y, en este caso, en la competición por “demostrar quién manda en esta casa” o “quién tiene más poder en mi pareja/mi hijo”. Esto puede darse de forma unilateral por parte de la suegra o la nuera o por parte de ambas. Lo cierto es que esto se pone de manifiesto en la encuesta realizada, pues el cien por cien de personas que han respondido han sido mujeres (y he de decir que no pocas). Esto puede significar que somos las mujeres las que más importancia damos a este tema para bien o para mal, pues de alguna forma todas habremos escuchado eso de: “Cuidado con la suegra” y automáticamente se pone la alarma para confirmar o desmentir dicha advertencia. Se nos ha educado, directamente o no, en tener presente esto.

En cuanto a si existe el perfil de suegra tóxica o no diré que, para mí, las personas en sí no son tóxicas, sino que lo tóxico son los comportamientos. De este modo, ante una conducta dañina o tóxica la persona puede tomar un papel activo y cambiar dicha conducta por otra más sana y adaptativa para todos. Ahora bien, si la persona no quiere cambiar su comportamiento tóxico es porque probablemente tal conducta le está proporcionando unos beneficios que no quiere perder, con lo cual, le interesa seguir con esos comportamientos. Esto puede aplicarse a cualquier tipo de persona. Dicho esto, las suegras tóxicas en sí no existen. Lo que sí existen son suegras (igual que otras personas) con comportamientos tóxicos que pueden dañar las relaciones de pareja de sus retoños.

Sobre el concepto de suegra y su connotación tanto negativa como positiva os pregunté en la encuesta y estas son las respuestas más frecuentes:

Características negativas de las suegras (según las mujeres encuestadas):

- “Creen que les vas a robar al hijo”.

- “Se meten en temas que no les incumben” (la relación de pareja, la casa, los hijos, cómo se administra la pareja el dinero).

- “Justifican y sobreprotegen al hijo”.

- “Opinan de todo porque “ellas saben de más””.

- “Es dominante con el hijo”.

- “Lo típico que te cuentan de que son malas como el veneno y algunas lo son… Sin embargo no todas son malas, pueden ser bellísimas personas con la cabeza bien amueblada”.

Características positivas de las suegras (según las mujeres encuestadas):

- “Tratan a la nuera como una hija más”.

- “Cocinan bien”.

- “Nada” (esta es la respuesta que gana por goleada).

Como veis, en la parte negativa sale a relucir esa competitividad que os relataba antes, pues las características negativas se centran globalmente en “opinar de todo porque tengo ese derecho como madre”, de forma que pueden llegar a influir tanto en su hijo como en la relación de pareja, sobre todo si las opiniones no son necesarias.

Sobre lo positivo realzáis que pueden ser como una segunda madre, sus dotes culinarias y mayoritariamente nada.

En este momento es cuando os hago una confesión. El número de personas de forma individual y de parejas que han pasado por mi despacho por problemáticas relacionadas con el tema de las suegras es muy elevado, de forma que tal vez no tiene tanto de mito y sí un poco más de realidad. En la mayoría de los casos como elemento común encuentro que el punto de conflicto está justo en lo que vosotras me habéis contado: “meterse en todo y opinar porque ellas ya saben más que tú como madre”. Entrando en una espiral de sufrimiento si la pareja (el hijo en este caso) no pone remedio y habla con su madre. También he de decir que en consulta, en el cien por cien de los casos en los que hay problemas con la suegra se trata de la madre del hombre, es decir, hay polémica entre suegra y nuera y muchas veces también entre suegra e hijo pero también entre hijo y nuera o, lo que es lo mismo, la pareja, por la forma de gestionar este tema. El conflicto familiar está servido si no se ponen los límites adecuados, si no se respetan dichos límites y si no hay respeto en general.

Sobre la competitividad también os pregunté, pues quería valorar un poco cómo va el tema educacional a este respecto. En esta pregunta (“¿Sientes/has sentido que tu suegra ha competido contigo por el amor de su hijo/a?”) se ha dado un empate técnico: el 50% considera que sí y el otro 50% considera que no, por lo que no hay una respuesta que repunte. Es cierto que es una pregunta muy amplia y que cada persona entenderá lo que es competir por amor de forma diferente. Como nos quedamos con sensaciones, aún así sigue siendo terrible que la mitad de las mujeres sientan que la madre de su pareja compite con ellas por el amor de su hijo. Debemos señalar que el amor no implica ningún tipo de competencia sino de todo lo contrario, de compartir y colaborar. Además, si cada cual sabe cuál en su papel dentro del grado familiar no tiene por qué existir ningún tipo de problema. Pero, lo cierto es que estos problemas existen y parece que esa competencia sigue dándose y según me contáis, las tres razones principales de esto son:

- Egoísmo (querer retener al hijo al lado por intereses propios).

- Miedo (a perder el amor de su hijo).

- Falta de comprensión (no entienden que son amores diferentes el de madre y pareja).

Queda muy claro que, si esto se da en la realidad (y yo he consulta he podido observarlo) se necesita mucha reeducación familiar en cuanto a los roles desempeñados dentro de la familia y la pareja.

En cuanto a los conflictos, ni un tercio de las encuestadas comentan haber tenido conflictos directos con sus suegras, de forma que, aunque existan molestias por el comportamiento de suegra y/o nuera los enfrentamientos directos no tienden a darse. De hecho, lo que más suelo escuchar en consulta es: “Lo dice todo con indirectas”. ¡Ojo! El lanzamiento de dardos indirectos no es un conflicto directo pero no deja de ser un conflicto enmascarado que, por la razón que sea, no se hace de forma directa. La indirecta, la ironía y el sarcasmo pueden hacer más daño que abordar un tema de forma directa aunque sea doloroso. Ese tercio de mujeres que sí comentan haber tenido conflictos con sus suegras de forma directa refieren que los temas principales de conflicto tienen que ver con que las suegras se entrometen en asuntos que atañen exclusivamente a la pareja. Es decir, opinar de cómo la pareja gestiona la casa, el ocio, los hijos, el tema de la boda, etcétera. Aquí he de decir una cosa importante: como se gestione la pareja es cuestión de la pareja. Nadie tiene derecho a entrometerse ni a opinar si no les han pedido ninguna opinión. Entiendo la tentación de hacer comentarios pero también entiendo que si no se han pedido tales opiniones, no tienen por qué hacerse porque pueden resultar muy molestas para la pareja o uno de sus miembros y sembrar la semilla del conflicto en la relación si no se trabaja como equipo dentro de la pareja.

Ahora bien, al igual que un tercio comentáis que no habéis discutido con vuestra suegra directamente sois más de dos tercios las que comentáis que sí habéis discutido con vuestra pareja por algún tema relacionado con vuestra suegra. Esto significa que con ella no lo habláis directamente pero con vuestra pareja sí. Hasta aquí todo correcto. En verdad, cuando hay algo de la familia de origen de nuestra pareja (sea la suegra, un hermano o quien sea) que nos molesta, lo adecuado será que se lo traslademos con respeto a nuestra pareja y sea él o ella quien hable con su familia para solucionar dicho asunto. Si vuestra pareja no gestiona este asunto con su familia o su madre en este caso, es entonces cuando aparece EL PROBLEMA. Lo pongo en mayúsculas porque es a partir de aquí cuando la situación se puede volver muy fea. Recuerdo cómo hace años una paciente me decía sobre su suegra “Yo sé que esto ya no es racional, me viene de las entrañas, pero es tanto tiempo soportando comentarios y que su hijo no haga nada al respecto que no puedo más”. Es decir, reconocía que tras tantas malas experiencias el tema se había convertido en algo emocional y la razón ya no le funcionaba. Los temas principales de conflicto con vuestra pareja por el tema suegra me contáis que tienen que ver con la sobreprotección hacia el hijo, la cual conlleva control sobre su comportamiento (y, por ende, vuestro comportamiento como pareja) y por poner pegas a dichos comportamientos cuando se trata de planes en pareja. “Pues yo voy con vosotros”, “Pues menudo gasto tonto ir de viaje tan lejos cuando más cerca es más barato”, “¿Cómo vais a llevar a los niños a ese sitio?”. Y, así, un largo etcétera.

También os pregunté si habíais discutido con vuestra pareja por temas relacionados con vuestra madre (porque sí, vuestra madre también es suegra) y un tercio me decís que sí pero no me habéis contado los motivos. Tal vez os cueste poner en evidencia asuntos de vuestras madres que no os gustan. Tal vez discutís por vuestra pareja por sus quejas pero no estáis de acuerdo. Sea lo que sea, el hecho es que también hay discusiones por esta parte, demostrando que el tema suegra (sea la que sea) da para discutir si no se gestiona bien el asunto.

¿Cómo definirías a la madre de tu pareja (o ex) en calidad de suegra?

Vuestras respuestas han sido variadas:

- “¡La mejor!”.

- “Genial. Ella vive y deja vivir. Es puro amor”.

- “Un poco acaparadora, injusta e incluso a veces egoísta”.

- “Muy buena, atenta, pero sin invadir nuestra intimidad ni espacio”.

- “Es maja y sé que me quiere pero le sobreprotege demasiado”.

- “Muy buen corazón. Intentó ser una madre para mí. Pero a su vez sentía que sólo importaba su hijo”.

- “Egoísta, manipuladora, obsesiva, amargada y controladora”.

- “Como mi segunda madre”.

- “Sé que me quiere pero se mete en todo. Es insoportable”.

- “Es egoísta y sólo le importa ella, no piensa en el bienestar de los demás”.

- “Ideal. Respetuosa siempre con todo”.

- “Me aparta y excluye de todo, no cuenta conmigo para nada”.

Hay más, pero todas van en la misma línea. Como veis, a pesar de los conflictos en general la concepción sobre las suegras es positiva, pero es cierto que hay de todo y dependerá de las vivencias y experiencias de cada una.

¿Cómo definirías tu madre de tu pareja en calidad de suegra?

Aquí hay bastante más unanimidad en las respuestas:

- “¡La mejor!”.

- “Jamás ha parado nada que haga feliz a sus hijos”.

- “Mejor suegra que madre”.

- “Cariñosa y liberal. Respetando los espacios y decisiones de pareja”.

- “Buenísima”.

- “Encantada de la vida su yerno. Me ve feliz y es lo que ella quiere. Respeta nuestro espacio”.

En general las definiciones son positivas. Es exactamente lo mismo que encuentro en consulta. Salvo alguna excepción, la visión que se tiene de la propia madre como suegra es positiva. De hecho, en el caso de los yernos, también suelen tener una mejor visión de la suegra y sobre todo como una persona más respetuosa.

Parejas que rompen por las suegras

Sí. El porcentaje de parejas que rompen por temas relacionados con las familias políticas y especialmente con las suegras es mayor del que pensamos. Recordad de lo que comentaba de una paciente de hace años. El desgaste sufrido por estos temas es tal que el resultado puede ser que la pareja se aleje de la familia política o que la pareja rompa si no se toman decisiones ni se llegan a acuerdos para gestionar estos temas.

Un tercio de las encuestadas me contáis que habéis roto con la pareja o que os lo habéis planteado a causa de la suegra. Esto significa que este asunto tiene una importancia muy alta en las relaciones de pareja, pues puede llevar a romper un vínculo.

Más cosas sobre las suegras

Como últimos comentarios en la encuesta me decís varias cosas especialmente y quiero comentar una a una:

- “A veces las malas experiencias de otros pueden predisponerte”. Efectivamente. Si nos cuentan que las suegras son malas ya podemos ir con el filtro negativo e ir buscando la pega a la nuestra cuando en verdad tal vez esa pega sea algo nimio. Ese sesgo negativo nos puede cegar y no permitirnos hacer una valoración real de nuestra suegra.


- “Algunas están jodidamente enfermas emocionalmente, se las ve venir y pueden hacer mucho daño”. Hablamos de personas y cada persona tiene su historia de vida emocional. Evidentemente puede haber, dentro del mundo suegras, mujeres cuya estabilidad emocional no sea sana y eso repercuta en las relaciones con sus hijos y las parejas de sus hijos, sin duda. Pero insisto, como cualquier otra persona.


- “Hay de todo”. Así es. En cuanto a tipo de suegras hay de todo de la misma forma que en cuanto a tipo de nueras, yernos, abuelos, abuelas y, en general, personas.


- “Siempre prevalece el mito de la suegra mala, nunca es el suegro”. Me encanta que alguien haya hecho esta aportación. Es cierto que se habla de suegras malas pero con respecto al suegro en lugar de eso tiende a decirse que ello más bien “imponen respeto” y se suele asociar más al padre de ella. Vuelvo a sacar el tema cultural y educacional en el que la mujer es mala y compite por amor del hijo y el padre es la autoridad que tiene que hacerse valer para que no hagan daño a su hija. Como si las mujeres tuviéramos que competir sí o sí y no nos supiéramos proteger solas. Saquen sus propias conclusiones.


- “Que la mayoría de las veces las tenemos como brujas y como competencia pero no”. Muy relacionado con lo anterior y con la predisposición. Se nos ha educado en ello y, si tienes la mala suerte de dar con una mujer que cumple esos patrones, automáticamente se refuerza ese concepto de la suegra mala.


- “Qué suerte quien la tenga buena”. Sí. Rodearse de gente buena siempre es una suerte y, cuando estamos en pareja elegimos a la pareja pero no a la familia política, de modo que esa nos viene impuesta. Ahora bien, siempre podremos elegir nuestra forma de relacionarnos con la familia política y los límites que se harán respetar.

Unas reflexiones para finalizar:

Como habéis podido ir viendo a lo largo de este artículo no existe en la realidad de forma sistemática esa figura de suegra malvada y malintencionada que quiere destruir tu relación de pareja. Se darán casos, lo afirmo. Pero también se dan casos en los que se produce todo lo contrario. Insisto, más allá de la etiqueta familiar, hablamos de personas y de formas de relacionarnos y del carácter, personalidad y forma de relacionarse de nuestra pareja con su madre y de nosotros con la nuestra dependerá el tipo de vínculo que se genere con la familia política. Hay suegra con comportamientos negativos y suegras con comportamientos positivos. La personalidad, los apegos, las experiencias,… son muchos los factores que darán explicación a determinadas formas de relación sana o enfermiza (entendiendo que entre estos dos extremos hay muchas posibilidades.

Lo que sí podemos hacer de una vez desterrar esa creencia de la guerra entre suegras y nueras porque flaco favor nos hacemos entre nosotras las mujeres. Hablemos mejor de personas y experiencias propias si queremos, porque como digo es cierto que en consulta me he encontrado absolutamente todo lo que me habéis contado en la encuesta, incluido lo negativo. Esto significa que es real, que este tipo de relaciones y conflictos están a la orden del día, pero no podemos generalizar ni “meter miedo” sobre las suegras. Si tienes hijos y tus hijos pareja, algún día también serás suegra y no creo que te apetezca que tengan esa preconcepción de ti.

Además, no podemos perder de vista que a veces esa competición de la que hablábamos no parte de la suegra, si no de la nuera. Por eso es mejor que hablemos de personas, más allá de “todas las suegras son malas” y “todas las nueras son víctimas” porque no es cierto.

Como recomendación final si en vuestra relación de pareja el tema suegra (madre de tu pareja o la tuya propia) es un tema fuente de conflicto, tendréis que sinceraros y expresar cómo os sentís con el comportamiento de su/tu madre y cada cual será el encargado de transmitir dicho malestar a su familia de origen hablando en primera persona (nunca diciendo: "es que a Fulanita le sienta fatal de hagas esto"). Hablar en primera persona es fundamental si no queremos provocar un nuevo problema o enfrentamiento. Recordad además que, aunque nuestra familia de origen será nuestra familia, la familia nuclear es la que se forma con la pareja independientemente de que haya o no hijos. Las decisiones de la pareja son de la pareja. Trabajar como equipo en todo es fundamental y en estos temas también.

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