La falta de deseo puede ser debida a muchos y variados factores según el caso, por eso no hay una respuesta universal ante la pregunta que aparece en el título de este artículo.
Me estoy encontrando con bastantes personas dentro y fuera de la clínica que me comentan que en estas últimas semanas sienten que han perdido su deseo sexual o que les ha bajado la libido considerablemente con respecto a otros momentos de su vida.
Lo primero que tenemos que hacer es normalizar la situación. Estamos viviendo una situación novedosa debido a la pandemia del Covid-19 y el confinamiento, de forma que es completamente normal que cambie nuestro deseo sexual de la misma manera que puede cambiar nuestra motivación con respecto a otras cosas de nuestra vida. Con lo cual, es comprensible que el deseo sexual pueda verse afectado en esta situación. Existen diferentes posibles factores que pueden condicionar el deseo sexual durante el confinamiento: la falta de intimidad, el estrés, las preocupaciones, el miedo, la incertidumbre, la angustia o la dejadez del aspecto físico en casa, por mencionar algunos.
En segundo lugar hay que saber que el deseo sexual, en general, es fluctuante. Esto significa que el deseo no es algo estable ni lineal, sino que varía a lo largo de nuestra vida según nuestras situaciones personales y circunstancias vitales. El deseo parte del cerebro y según lo preocupado, relajado o predispuesto al sexo que esté este nuestro deseo será mayor o menor sin que esto suponga un problema en sí. Pretender que nuestro deseo sexual se mantenga siempre al mismo nivel, y además alto, va a generar frustración porque es algo que podemos garantizar que no va a ocurrir. Puede ser que por norma general el deseo sexual de una persona sea alto, pero en algún momento de su vida habrá caídas en esas ganas de sexo aunque sea debido a una enfermedad pasajera o una preocupación puntual.
Por otro lado, no debemos confundir esta disminución del deseo actual con una falta de deseo permanente que ya venía de antes del confinamiento. Aquí probablemente hablemos de deseo sexual hipoactivo. Se trata de una disfunción o dificultad sexual que afecta a la primera fase de la Respuesta Sexual Humana: el deseo. En este caso la opción es buscar ayuda profesional de un psicólogo y sexólogo para evaluar la situación y conocer los factores que están en el origen y en el mantenimiento del problema para entender a qué se debe esa falta de deseo y cómo solucionar dicha dificultad.
¿Qué hacer ante la falta de deseo durante el confinamiento?
A modo general podéis seguir estas recomendaciones:
1. Normaliza que ante una situación novedosa y negativa tu deseo puede verse afectado.
2. No te juzgues ni te sientas culpable por no tener ganas de sexo. No te fuerces a tener contactos sexuales sin deseo.
3. Si tienes pareja explícale como te sientes para que entienda que no es algo que tenga que ver con ella.
Y, si ante la falta de ganas eróticas, te encantaría tener deseo:
4. Busca espacios en intimidad para poder estar a solas con tu cuerpo eróticamente hablando.
5. Si tienes pareja buscad espacios de intimidad para estar solos dentro de la casa (sin hijos u otros familiares en convivencia) para fomentar la parte erótica de la pareja.
6. No te fuerces a tener contactos genitales. Tal vez te resulte mucho más reconfortante en pareja un abrazo en la cama y unas risas cómplices que un coito o sexo oral y de forma individual puede ser más apetecible un baño sensorial de espuma que la autoestimulación genital.
7. Estimula tu imaginación. Si te ves con ganas de tener ganas búscalas. El deseo se busca y una forma de hacerlo es con la fantasía erótica. Lee, crea tu propio relato, recupera en tu imaginación momentos sexuales excitantes. El sexo surge principalmente en tu cerebro.
8. Si aún así tu deseo sigue sin aparecer, date tiempo. Tal vez el nivel de estrés, preocupación, angustia o lo que sea esté en un nivel elevado donde el sexo sea la menor de las prioridades de tu cerebro. No pasa nada. No tienes un problema. Cuando le damos demasiadas vueltas es cuando puede convertirse en un verdadero problema. Si quieres sentirte más tranquilo puedes buscar ayuda psicológica y sexológica para que te oriente.
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