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El Blog de Sonia García

Psicología y Sexología para tod@s

Sequedad vaginal: ¿cómo afecta al sexo?


La sequedad vaginal es una condición que afecta a muchas mujeres y repercute más de lo que pensamos en la calidad de vida sexual. Hay que señalar que, aunque se piensa que es un problema que ocurre a partir de la menopausia, la realidad nos indica que puede darse en cualquier etapa de la vida de la mujer.


La sequedad vaginal se produce cuando se da un desequilibrio entre la flora y la mucosa vaginal, de modo que la vagina deja de producir la mucosa (lubricante natural) que necesita para mantener la zona hidratada provocando una alteración de la flora vaginal (conjunto de microorganismos que protegen la vagina de manera natural).


Causas de la sequedad vaginal:


Son diferentes las causas que pueden dar respuesta a la presencia de sequedad vaginal. Lo adecuado será acudir al profesional médico especialista para que valore nuestra situación y se proponga el tratamiento más adecuado.

A grandes rasgos solemos encontrar entre los factores que causan sequedad vaginal los siguientes:


- Cambios hormonales. La disminución del nivel de estrógenos puede provocar falta de lubricación como ocurre en la menopausia.


- Toma de medicamentos. Algunos medicamentos afectan a la lubricación vaginal a partir de sus efectos secundarios o adversos. Medicamentos como anticonceptivos hormonales, antihistamínicos, terapias hormonales y medicación para el asma son algunos ejemplos.


- Ansiedad. La respuesta de estrés y ansiedad a nivel físico repercute en la lubricación vaginal debido al estado de alerta en el que se encuentra el organismo, incompatible con un funcionamiento natural de todas nuestras funciones orgánicas.


- Infecciones vaginales. Sufrir infecciones vaginales o sufrir ITS (infecciones de transmisión sexual) pueden afectar directamente a la lubricación vaginal.


- Hábitos poco saludables. Tabaquismo, uso de jabones íntimos agresivos, pantalones ajustado, ropa interior poco transpirable y algunos componentes de compresas y tampones pueden provocar sequedad vaginal.


Cómo afecta la sequedad vaginal a la vida sexual:


Además de por las evidentes repercusiones físicas (picor, irritación, dolor, ardores, exposición a infecciones), la sequedad vaginal puede llegar a condicionar gravemente la vida sexual de la mujer. La sequedad vaginal provoca que las relaciones sexuales coitales sean molestas e incluso dolorosas para la mujer si no se toman las medidas oportunas.

Vivir las relaciones sexuales con dolor no es plato de buen gusto para nadie. Si esto se da en repetidas ocasiones se acaba dando el fenómeno de la evitación: se evitan los encuentros sexuales para evitar el dolor durante el sexo. Esto lleva a otra cuestión: el miedo al dolor. Este miedo genera la asociación sexo-dolor con la consiguiente respuesta de rechazo al sexo.


El sexo no duele y no solo es sexo el coito:


El sexo no duele y si duele es porque algo no va bien. En este caso concreto que nos ocupa hablaríamos de la sequedad vaginal como causa de ese dolor o molestia a realizar prácticas sexuales vaginales. Esto significa que el sexo es molesto si se realizan prácticas intravaginales, ya que si, por ejemplo, se practica sexo oral probablemente no exista esa molestia que sí se daría al introducir en la vagina el pene, los dedos o un dildo.


¿Qué hacer para que la sequedad vaginal no repercuta en el sexo?


Son varias las cuestiones a tener en cuenta:


1. Acudir a nuestro profesional médico para que evalúe a qué se debe la sequedad vaginal y seguir las recomendaciones que nos indique. Cuidar de nuestra salud es nuestra responsabilidad.



3. Abrir nuestra mente. El sexo va más allá del coito. El coito es solo una práctica más. Es saludable introducir en nuestras relaciones sexuales cambios y otras prácticas placenteras que no tengan por qué ser sí o sí intravaginales.


4. Utilizar para relaciones sexuales genitales un lubricante de base acuosa de buena calidad y respetuoso con el pH vaginal. Incluso puede utilizarse el lubricante más allá de las relaciones sexuales, es decir, incorporándolo a nuestras rutinas de cuidado personal poniendo lubricante diariamente en la vagina de la misma forma que se utiliza una crema hidratante facial.


5. Practicar hábitos de vida saludables en cuanto a alimentación, sueño, hidratación, deporte, control del estrés y evitar sustancias nocivas para la salud.


6. Acudir a un profesional de la psicología y la sexología para reeducarse en cuanto a las relaciones sexuales y aprender herramientas para el manejo del miedo y la ansiedad. De esto también hablo en mi libro Los enemigos del sexo.

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