Los niños, de la misma forma que los adultos, pueden estresarse, pueden sufrir estrés motivado por diversas situaciones como pueden ser la separación de sus padres, el colegio, el nacimiento de un hermano, los amigos, enfermedades,...
Los adultos cuando nos sentimos estresados somos capaces de identificarlo "Estoy agobiado/a", "Estoy estresado/a". Pero los niños encuentran más dificultades para expresar esa sensación de estrés y angustia, y somos los adultos los que tenemos que detectar que algo le está ocurriendo al niño al darnos cuenta de que está teniendo un cambio en su comportamiento, de hábitos o de actitudes.
Indicadores de estrés infantil:
1. Dolor físico. Los niños a veces no pueden identificar lo que les pasa emocionalmente y la forma que encuentran de expresarlo es mediante la verbalización de un malestar físico: dolor de tripa, vómitos, dolor de cabeza, etc.
2. Cambios en el comportamiento habitual. Estos cambios se observan en que el niño está demasiado inquieto o por el contrario, muy quieto o muy "parado", pero también puede mostrarse triste, irritable, agresivo y puede reaccionar de forma desproporcionada ante cosas inofensivas o poco importantes. También encontramos que el niño puede haber dejado de hacer cosas y que antes hacía y le gustaba, como por ejemplo, jugar a su juego favorito.
3. Cambios en la interacción con otros. Podemos encontrarnos con que el niño se muestra más tímido de lo habitual llegando incluso a aislarse, o por el contrario puede mostrarse agresivo con los demás.
4. Cambios en el rendimiento escolar. Cuando un niño está estresado tiene más dificultades para concentrarse que en condiciones normales, lo que puede hacer que si siempre ha tenido buenas notas, comience a bajar esas calificaciones debido a la falta de concentración.
Aquí se han presentado los cuatro signos de alarma que pueden indicar que un/a niño/a está sufriendo estrés. Es importante tener en cuenta que estos cambios se pueden dar tanto en casa como en el colegio, y que cada niño y cada niña puede expresar su estrés de diferente forma. Por ello, en caso de estrés infantil, cuando requieren de ayuda psicológica, el trabajo en equipo del psicólogo o psicóloga, padres y profesores/as es fundamental.